martes, 27 de noviembre de 2018

Quesadillas

Hoy me he levantado raro. Absteneros de hacer bromitas. Sabéis cuando tenéis una sensación de mierda? Pues eso. Nada que no se quite con una ducha y un buen desayuno. Empieza mi último día en Namaste... 

Tengo ganas de volver a casa y abrazarme a mi "realidad". Tengo ganas de pasar frío junto a los míos. De cama y películas. De escuchar cómo fuera llueve mientras estoy tapado con la manta hasta el cuello... 

La chorrada del día de ayer estuvo vinculada a la comida. Una vez más. Pedí quesadillas porque no tenía mucho hambre y me trajeron cuatro tamaño "dinosaurio". Eso que veis en la foto es una quesadilla... Lo juro!


El 2019 se presenta alucinante. Y aunque hoy mi instinto arácnido me ha jodido un poco el sueño, nada, NADA, va a poder pararme. Creo que me voy a cantar a la ducha. Sed buen@s...

lunes, 26 de noviembre de 2018

Luna llena

Esto va llegando a su fin. Afortunadamente. Subir 3 fotos al día es una paranoia muy chunga. Los saltos en el hiperespacio me trastornan...

A ver, la foto de la luz blanca es la Luna desde la ventana de mi habitación. Como todo es según el cristal con que se mira, se ve borrosa. Y sí, puede ser la Luna o alguien en el bosque con una linterna potente...


La foto de las casas con rejas no es una cárcel. Las rejas son para que no entren cuervos, halcones y demás pájaros voladores. Me gusta hacer hincapié en lo de voladores no vayáis a pensar que las ponen para los pingüinos.


En la tercera, el espejo refleja una realidad extraña. Yo creo que es por la gravedad de este planeta, que choca frontalmente con lo grave que estoy de la cabeza. Y encima despeinado...


domingo, 25 de noviembre de 2018

La Chef

Ayer quería cenar SOLO ensalada. Era un fuerte propósito. Así que me pedí una. Un gran principio, eh?

Mi colega H se pidió una sopa y de acompañamiento le trajeron pan de ajo. Me lo regaló. Cuando no eres un vampiro, no puedes rechazar eso. Es imposible. "Pa dentro"...

Yo iba a mi rollo. Lechuguita, pan de ajo. Tomatito, pan de ajo. Algo verde desconocido, pan de ajo. Hasta que llegó la madre de todas las hamburguesas a la mesa. Petición de mi otro colega, el señor M.

Aunque intenté hacer un muro con botellas, vasos, velas y todo lo que encontré a mi alrededor, seguía viendo al objeto del deseo. M se percató, me corto un cuarto de aquél tesoro culinario y me lo regaló...

Y yo, pobre pecador, me abracé a ese cuarto de hamburguesa como si no hubiera un mañana. Y claro. "Pa dentro"...

Cuando ya íbamos a pedir la cuenta, H me preguntó si no quería helado. Le dije que la estética hipopótamo la llevo mal, por un tema de hongos. Me dijo, textualmente, "me decepcionas", con una sonrisa provocadora en sus labios. Fui a por helado. Ella quería uno de chocolate...

Por cosas raras del universo, probablemente relacionadas con mi magnetismo personal, cuando me acerqué al paraíso de los helados vino la Chef. Sí. La Chef. Preguntó de forma cordial cual era mi interés por los helados. Le dije que los amaba.

Me preguntó si podía prepararme un postre especial con helados. Flipé. Estoy en un hotel de lujo. No sabía que podían tomarse tantas molestias por un pobre terrestre...

El postre que me trajo fue muy chulo, muy dulce y muy helado. Lo compartí con H porque es mi jefa y me cuida mucho. No nos lo cobraron. Bonito, no? Uys, perdonad, llaman a la puerta de mi habitación. Debe ser el desayuno...


sábado, 24 de noviembre de 2018

Scream

En mi habitación tengo la cara de Scream mirándome a todas horas desde la pared. Sería más perturbador si emitiera sonidos. Pero no. Ahí. Calladita...


Es oficial. Tanta grasa saturada en mis fotos ha hecho que mi masa molecular haya crecido, ejerciendo una mayor atracción gravitatoria hacia el planeta Namaste. Que me estoy poniendo fondón, vaya. "Viejisani" o como se diga en hipster...


Y eso que ayer solo cené una ensalada! Llevaba yogurt. Espero. Bueno, y dos bolas de helado de frambuesa con menta de postre. De hecho, me hubiera comido ocho. Pero luego me regalan magdalenas de chocolate en el mismo hotel y no me queda sitio para nada...

La gente del hotel sigue comentando mis fotos en Instagram. Creo que el tema lo debe llevar un robot. Un androide, para ser más respetuoso con ese montón de hojalata. Me cae bien...

Vuelvo pronto, eh? Os iba a decir que echo de menos mis viajes en el tren terrícola pero si voy a mentir, que sea a lo grande. Os echo de menos a vosotr@s...

Pues nada. La foto rara del claro/oscuro con la botella es del desayuno de ayer. Necesito una dietista. O cinta americana rodeando mi cabeza para que no coma. A ver si al final será el té lo que me está engordando!?


jueves, 19 de abril de 2018

Informática básica

Os parecerá bonito meterme tanta presión con vuestros amables y verídicos comentarios...

Ayer estuve con mi hijo en la jornada de puertas abiertas del que podría ser su futuro instituto. Piensa hacer informática, que ahora tiene un título tan largo que soy incapaz de memorizar. Yo, a su edad, también hice informática. Finales del siglo XX...

No voy a poder inventar mucho porque tengo en facebook a uno de mis colegas inadaptados de aquella época. De hecho éramos 3 heavies en una clase de gente más o menos normal. Yo llevaba la chupa de piel hasta el mes de julio. Tal vez por eso nunca tuve novia.

La clase de decodificación de tarjetas perforadas era fascinante. Te daban un cartón con agujeros salido de un hipotético computador y tu decodificabas el mensaje: Mi mamá me ama. Mi mamá me mima. Íbamos a ser los putos amos de la Tierra. Cuando salió el primer Windows lloré mucho.

Jamás tocamos un ordenador. Estaban todos en la NASA. Pero hacíamos clases de mecanografía con máquinas de escribir clásicas. No me gustaba mucho, la verdad. Tengo los dedos como salchichas feas y cortas. Para reducir la ansiedad que me provocaban esas tediosas clases, soñaba con estar metiendo código fuente en lenguaje Cobolt para destruir el mundo...

Una vez el profe trajo un disco de 720 kb. Lo estuvimos mirando durante horas como si fuera la Bola de Cristal. Era como estar delante de un meteorito. De un fósil de Brontosaurio. Algún alumno, muy sensible a los avances de la ciencia, se desmayó.

No todo fue bueno. En la clase de los administrativos, unos modernos de mierda todos, había la versión Hulk de Los Pecos. Cuando nos cruzábamos nos cantaban con sorna el "casi me mato" de Barón Rojo. Nunca nos enfrentamos físicamente. Entre los 3 heavies pesábamos menos que el muslo del moreno. El suicidio no estaba dentro de nuestras prioridades vitales...

Y para terminar, ese año fue la primera, y única vez en toda mi puta vida, que TRES chicas me invitaron a pasar un fin de semana con ellas. Con esa melena mis vecinos pensaran que eres una chica, me dijeron. Yo dije que no porque el retraso lo llevo de nacimiento. Así fue como llegué virgen al matrimonio...

miércoles, 18 de abril de 2018

Un familiar de Usillos

Ayer tuve una tarde intensa. Ronda de reconocimiento para localizar a 3 hijos de puta que atracaron a un turista. Lo vi. Lo denuncié. No soy un héroe. Estaban en la zona que va de casa al cole de mi hijo. Imaginé cosas. Cosas que no contaré. Mis tinieblas interiores no molan. Y quiero que sigáis pensando que soy un gracioso señor de mediana edad. Pero no...

Por la tarde esperábamos la visita de un electricista. Hace unos días, mi churri hizo saltar el diferencial con la picadora. Un cortocircuito en el cable fue el responsable. Nos quedamos sin una fase de luz, la que alimentaba, entre otros, el calentador del agua, la cafetera y la nevera.

Como estoy en una fase de mi vida muy de "motivado del handmade", tiré cables desde el comedor a la cocina, convirtiendo nuestra casa en algo parecido a la nave de Alien. Llevábamos días saltando de un lado para otro en la cocina. Hacer un huevo frito era recorrer una puta pista americana. Y nos pasábamos el día enchufando y desenchufando, que aunque a los enfermos de mente os parezca muy erótico. No lo es...

Cuando llegó el electricista, que bien podría haber sido el padre de Usillos, me temí lo peor. Desmontó todos los enchufes a la vista. Me hizo mover la nevera. Me hizo mover el horno. Revisó dos o tres cajas de conexiones. Empezó a respirar como Darth Vader. Pensé que se quedaba a dormir en casa. Y finalmente me hizo mover la lavadora, que era lo único que funcionaba en toda la puta cocina. Y encontró la avería. En una hora. Un crack. El jodido Dios de la Corriente Alterna.

Desmonté los cables que atravesaban la casa y ahora ya no vivimos en la Jungla de Cristal, aunque mi churri sigue siendo vidriera.

Hace sol. La previsión para esta semana es de alta intensidad vital. El sábado será guapo. Y pienso estar a la altura. De todo...

martes, 17 de abril de 2018

Limpieza de móvil

El domingo estuve haciendo limpieza en el móvil. Tenía casi 2 Gb de fotos. Así que lo conecté al ordenador y estuve revisando el material, con mis gafas de ver de cerca, durante más de 2 horas. Podría decirse que el 2 fue el protagonista de mi domingo, aunque en casa seamos 3...

La primera conclusión a la que llegué es que tengo muchas fotos bonitas. Os lo contaría con más detalle mi abuela si tuviera facebook, o si vosotros tuvierais a mano un tablero ouija. Tengo un talento natural para la fotografía, pulido por los sabios consejos de un colega DOP al que no le gusta que le haga la pelota en público porque es muy humilde...

Aquí hago una pausa porque el tren acaba de frenar con cierta violencia y casi se me cae encima la chica que tengo sentada delante, que no debe pesar ni 50 kilos. 52 con el pedazo móvil que lleva. Ha puesto cara de horror infinito. Ella no lo sabe pero ahora estoy afectado emocionalmente. Nos movemos de nuevo. Sants...

Pues eso. Está chulo bucear en el móvil y encontrar esas fotos de mierda que sobreviven en él. Ahí. Escondidas. Algunas me han robado una sonrisa agridulce. Las de nuestro colega peludo Coco. Otras me han provocado una cierta nostalgia, como las de Calella de Palafrugell o Mumbai. He borrado unas 400. Probablemente les haya jodido la vida a mis biógrafos. Que se jodan. O que me pidan amistad en facebook.

El tren vuelve a estar parado por Hospitalet. Me perturba. Os dejo antes de ponerme iracundo. Besis...

martes, 10 de abril de 2018

Moreno paleta

Martes. Hablemos del moreno paleta. Un clásico de toda la vida...

Prólogo: Siempre he sido blanco nuclear. Una tonalidad de blanco fea. Tampoco os puedo engañar. Algunos habéis vivido la experiencia de ir a la playa conmigo. Depilado se me conoce como el famoso calamar gigante. Blando y blanco. Lloremos al Señor...

A mi la raza aria siempre me ha parecido una tonalidad un poco café con leche. Algunos de los vampiros más famosos me han pedido autógrafos. Y sangre. No me hice del Real Madrid por no parecer un recortable de esos del Día de los Santos Inocentes...

La mierda de hoy: Salgo de la ducha y veo reflejado en el espejo a un señor de edad media, moreno paleta nivel Leyenda. Tengo partes naranjas y partes blancas y nunca estuve en Holanda. Si no me pongo las gafas veo a un tipo con una camiseta imperio, que lleva dibujados dos pezones y bastantes pelos. Es espeluznante. Iba a subir la foto a Instagram pero he recordado que hay denuncias por subir fotos de pezones bonitos. Si subo los mios acabo cantando en la Modelo con los raperos...

Epílogo: No sé que pasará este año cuando tenga que ir a la playa con mi familia, la verdad. No quisiera avergonzarlos. Podría pintarme las partes blancas con Plastidecor o ceras pero temo descolorirme y dejar el Mediterráneo anaranjado. Igual necesito vuestra mierda de consejos, eh?

viernes, 6 de abril de 2018

Lucecitas

Viernes. Hablemos de las lucecitas que llevan los trenes en la parte frontal, justo encima de la cabeza del conductor, para indicarnos hacia dónde van. Hagamos crítica constructiva...

Yo voy a empezar contando algo que todos sabéis. Soy un puto miope. El ejército me mandó una carta hace muchos años que indicaba claramente que era un "inútil total". Todavía recuerdo los gritos de alegría de mi madre. Fue una sensación agridulce...

Empecé a jugar a fútbol sala y los partidos nocturnos sobre pista de cemento y balón gris me convertían en un chaval patético, al que era difícil diagnosticarle solo una minusvalía. Fue una etapa dura...

Recuerdo la vez que fui a la playa con una compañera de curro. También hace siglos. Me comunicó que hacía topless, que si no me importaba. Le comuniqué que en la playa, sin gafas, tendría que ponerme tan cerca de ella para verle las tetas que antes tendríamos que casarnos. Soy miope y gracioso.

Ya no sé qué mierdas os estaba contando. Ah, sí. Las luces de los putos trenes. Que para ver que pone Martorell tengo que saltar a la vía y entornar los ojos, joder! Que le veo antes el bigote al conductor! O a la conductora! Que mi árbol de Navidad ilumina más, losers!

Es viernes. Hace sol. Hacedlo bonito, anda...

jueves, 22 de marzo de 2018

Esclavos

Hoy me he levantado súper contento y os voy a dar 4 consejos, muy de Paulo Coelho de los chinos (va por ti Miguel Ángel), para que seáis un poco más felices: 

1. Todo es mentira. Partiendo de esta base, se hace mucho más fácil la felicidad existencial. No te enfades por cualquier mierda que escuches, leas o veas. Probablemente, en un 95% de las ocasiones, sea mentira... 

2. No has sido libre en tu puta vida. Acéptalo. Eso relaja un montón. Se te pasan casi todas las fustraciones personales. Eres un esclavo. Si crees que no lo eres o puedes llegar ser libre es porque formas parte de un selecto grupo de motivados de la vida. Pide tu ingreso en los X-Men de inmediato. 

3. La justicia no existe. Yo lo aprendí con 18 años, cuando fui condenado por algo que no hice. Podría haber sido del equipo A, pero ya tenían a MA Baracus. Procura no ser pobre y meterte en un juzgado. Bueno, procura no ser pobre y procura no meterte en un juzgado. Así mejor... 

4. No puedes ir contra el sistema. Lleva ahí desde hace miles de años. Es un tsunami de 100 metros. Toneladas métricas de agua salada. Tú, en el mejor de los casos, eres un surfista con una tabla de mierda. Es una metáfora, eh? Debes temer al sistema. Es cruel e implacable. Y con ese miedo, coger tu tabla y surfearlo. Algunas veces el miedo se mezcla con una extraña sensación de felicidad. Otras con un vértigo escalofriante. 

Así es mi vida. Sed un poco más felices...

miércoles, 14 de marzo de 2018

Piratas

Yo ho, yo ho, a pirate's life for me... Ayer navegué. Por el mar, eh? No rollito principiante, como el loser de Cristobal Colón. Mi capitán sabía muy bien a dónde íbamos. Yo me hice mi propia película. Bucólica. Soy un puto Pinzón.

La salida del puerto de Barcelona fue épica. En mi cabeza se ordenaban con claridad las notas de la banda sonora de Piratas del Caribe. Saqué mi cámara y desde la proa de la barca, de casi 8 metros de eslora, manteniendo un equilibrio ninja a 3 nudos de velocidad, hice fotos de Barcelona y de mi capitán. Todo era emocionante y maravilloso...

Estando ya junto a mi capitán, más bien detrás, y ya saliendo del puerto, la barca aceleró. Me agarré con bastante rapidez de reflejos, para lo que viene siendo mi edad, al asiento del capitán. Un nuevo acelerón fue suficiente para agradecer a Dios el haberme aferrado allí. Aquello había dejado de ser bucólico para pasar a ser muy emocionante...



Mi capitán, un tío listo, un lobo de mar acostumbrado a los idiotas, me sugirió que pasará de detras de él, donde no podía ver en qué momento me caería al agua, a ponerme delante de la consola de navegación, con la espalda apoyada. De esa manera me tenía vigilado...

La posición más adecuada en ese lugar sería la que adopta un luchador de sumo, con las rodillas un poco flexionadas. Estuve así más de una hora. Tengo tantas agujetas en las piernas que, ahora mismo, una anciana de 80 años me ha cedido su asiento en el tren y me ha dado un caramelo de eucaliptus.

La barca surcaba los mares a una velocidad considerable, unos 30 nudos. El aire frío rejuvenecía mi cutis por momentos y la agūilla que brotaba de mi nariz salía volando hasta caer al mar, en una metáfora un tanto absurda. No me atrevía ni a sacar el móvil.

Este tipo de barcas se desliza sobre las olas. Las cabalga. Y nosotros con ella. Lo mio no es cabalgar. Enfocar con la cámara, sin sacarme un ojo, era una risa. Y la verdad es que reí mucho. De mi mismo. Hice más de 300 fotos, la mayoría nubes y horizontes torcidos. Una tragicomedia...

Cuando dejaba de tratar de fotografiar gaviotas o aviones, todo mejoraba. Me centraba en la inmensidad del mar, en la belleza del paisaje, en la fuerza del viento, en disfrutar el viaje, las olas, TODO. Fue una experiencia bestial. Eso sí, no vimos delfines ni sirenas...

viernes, 9 de febrero de 2018

Calcetines

Viernes: Hoy me he levantado valiente. Con ganas de desafiar al universo. Queriendo arriesgar. Hoy he salido a la calle con un solo par de calcetines. Con dos cojones...

Estoy en la estación del tren con los pies helados. Congelados. Probablemente tengan que amputarme varios dedos. No importa. A partir de cierta edad, cortarse las uñas de los pies es un puto drama. O consigues una radial o pareces un águila imperial. Veis? También puedo ser un poeta de mierda...

No sé dónde he leído que para realizarte completamente en esta vida tienes que tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro y viajar en globo. O algo así. Yo para las gilipolleces tengo poca memoria...

Yo tengo dos hijos. Me han salido de puta madre. Maravillosos. El ADN materno ha ayudado mucho, tampoco os quiero engañar. No recuerdo haber plantado nunca un árbol. Estoy en deuda con el planeta Tierra. He escrito más de 100 relatos, que si los juntas con una tipografía grandota sale un libro, fijo. Pero para qué malgastar papel. No he viajado en globo. Nunca. Algo no estoy haciendo bien con mi vida...

En el vagón del tren, mientras escribo esto, he podido volver a mover los dedos de los pies. Ya sé que pensáis que soy un exagerado y que si viviera en Teruel sería David el Muñoñes. Queredme igual. Feliz fin de semana...


viernes, 2 de febrero de 2018

Divagaciones

Viernes: Hoy no he soñado con Elsa Pataky. A ver qué mierdas os cuento...

Esta semana fui a ver a gente seria. Gente que trabaja para la sociedad. Gente que merece todo mi respeto. Lo primero que me dijeron fue que estaba más delgado. Más delgado que qué? Porque yo, al lado de una anchoa de la Escala soy un obeso mórbido. Que he vuelto con 300 gramos de más de mi viaje a Mumbai! Que soy una bola de curry! Pues no. Dicen que estoy más delgado. Yo creo que es amor incondicional o cataratas...

Lo segundo que me preguntaron es si era cierto que había estado en la Índia. A ver... Desde cuando yo invento cosas!? Vale. Desde siempre. Pero, yo que sé! Dadme al menos el beneficio de la duda, cabrones! Hice fotos! Con muchos filtros, vale. Con esta fama adquirida difícilmente encontraré un trabajo que me haga millonario en pocos meses...

Es viernes. Me voy a permitir meter una cuña de publicidad en este maravilloso relato social. Este fin de semana estaré en el Palo Alto Market con mi churri. Tengo que ver si los hipsters tienen "Zona Siesta" o "Jet lag meeting point". Me estoy dejando la barba larga para caer bien. Venid. Os abrazaré gratis. Traer ropa gruesa. No os vaya a clavar mis putas costillas...


jueves, 1 de febrero de 2018

Soy un vampiro

Jueves: De los 18 a los 50 solo he estado soltero un año. No fue un gran año precisamente. Pues hoy he soñado que estaba soltero. Y la verdad, era triste...

Mi subconciente, para compensar tanto desasosiego personal, me ha organizado una cita con Elsa Pataky. A mi Elsa Pataky, en condiciones normales, me la suda pero a saber la de mierdas que tengo acumuladas en los rincones más oscuros de mi mente.

Total. Estábamos cenando en un restaurante bonito. Ella estaba muy guapa. Yo me sentía raro con la situación y decía más gilipolleces de lo normal. Y normalmente digo muchas. Ella se reía. Se reía mucho. Me gusta cuando la gente rie. Pero yo no lo disfrutaba plenamente, porque andaba preocupado por el momento en el que el martillo de Thor aparecía en escena y destrozaba mi cabeza. Le diré que soy Ironman, pienso. Soy idiota, pienso. Y despierto...

Son las 3 de la madrugada. Puto jet lag. Cómo me cuesta adaptarme. Debe ser la edad. Los dinosaurios se extinguieron por inadaptados. Me gusta seguir la estela de los más grandes. El brontosaurio, por ejemplo. Me doy la vuelta en la cama. Abrazo a mi churri y vuelvo a dormirme. Feliz...

Soy un vampiro. Siempre lo he sabido. Me gusta la oscuridad y mordisquear cuellos. Cuellos bonitos. Soy un vampiro con buen gusto. El sol no me mata, vale? Pero tampoco me pone moreno...

Como ajo pero porque hasta los vampiros podemos tener anomalías genéticas. Y no tengo pruebas empíricas, todavía, pero estoy casi seguro que moriría con una estaca atravesándome el corazón.

Soy un vampiro. Yo no elegí esto. El vampiro nace, no se hace. Bueno, sí. También se hacen. Cuando muerdes a alguien y lo conviertes. Pero en mi caso es de nacimiento. Hay que tener mucho estómago para morderme a mi...

Voy a ver si despierto...

Cadena perpetua

lunes, 29 de enero de 2018

Vuelta a la calma

Lunes: Ya hace una semana que regresé. Todavía me despierto de madrugada. Todavía tengo sueño a las 6 de la tarde. Trato de ajustar el horario a base de siestas. Seguro que os doy mucha pena...

Me gusta haber descubierto lo silenciosa y ordenada que es mi ciudad. Hasta la Gran Via en hora punta me parece un oasis de calma. El sábado, paseando por el Raval, iba con una sonrisa idiota de oreja a oreja. Tanta tranquilidad alinea todos mis chakras...

Tengo una semana intensa para lo que vendría a ser mi vida occidental. Un rodaje, algunas mierdas burocráticas, muchas barcas y un fin de semana con mi churri en el Palo Alto Market. Si vais a venir a verme pasad de afeitaros. Allí se lleva la barba. Es el paraíso de Gimli.

Igual se me va un poco la pinza pero echaba de menos mi aventura diaria en la R4. El traqueteo del tren. El silencio de la gente. Para gustarme tanto el metal me encanta el silencio. Soy Géminis, recordáis?

Y algo que ya os he dicho varias veces pero que es importante recordar. Id con mucho cuidado con lo que deseáis...

Reflejos II

jueves, 25 de enero de 2018

Adaptarse o morir

Jueves: Adaptándome a mi realidad después de tres semanas en Namaste. Yendo a buscar el tren casi me atropella un imbécil en bicicleta, un gilipollas de esos que cree estar en el puto Tour de Francia. De repente me he sorprendido a mi mismo canalizando mi odio. Solo espero que se parta las piernas pronto y no pueda volver a subir a una bici en su puta vida. Namaste ha hecho de mi una persona mejor...

Una dulce sensación de cotidianidad me envuelve mientras escribo una de mis mierdas camino a la normalidad. Estoy un poco zombie. No he dormido bien. Me he pasado media noche buscando un lavabo donde mear en Londres. Mi subconsciente trata de decirme algo. Pero no estoy para acertijos...

2018 ha empezado intenso y trepidante. Tres semanas de adrenalina a niveles desconocidos por mi, esfuerzo, concentración. No lo intenté. Esta vez lo hice. Yoda está feliz. Ahora solo necesito ordenar mis ideas para escoger el camino adecuado. Un abanico de posibilidades ha aparecido en mi vida. Me gustan los abanicos...


Los mercenarios del romanticismo somos así. Piratas en busca del mejor de los tesoros. De momento, voy a disfrutar de lo vivido. Y del día de hoy. El futuro no existe. El presente es un regalo. Eso lo aprendí de un oso panda...

domingo, 21 de enero de 2018

Namaste: Coming home...

En media hora nos subimos a una lanzadera que nos llevará hasta la nave que atravesará el hiperespacio para volver a La Tierra.



Complicado hacer un resumen de tanta intensidad vital. Voy a intentarlo, pasando de los consejos de Yoda. Sin duda alguna, la mejor aventura que he vivido como mercenario en toda mi puta vida. Hicimos nuestro trabajo y lo hicimos bien. La Agente Especial H nos ha felicitado. Varias veces. Somos los putos amos de la galaxia...



Mis colegas S y M han sido unos grandísimos compañeros de aventura. Tres semanas juntos a todas horas, trabajando en la misión, bañándonos en la piscina, comiendo como cerdos, y hace cinco minutos seguíamos riendo. Con ellos me iría al Infierno. Y si hay que apagarlo, se apaga.

Ayer tuve otra sesión de masaje, esta vez buscada porque fue thailandés. Luego estuvimos una hora metidos en un coche en medio de un atasco monumental para compensar tanta felicidad. Otra hora dando vueltas rodeados de gente y vacas. Otra más de vuelta en coche. Planazo!



Hoy fue un día extraño. Un día libre. Un rato de jacuzzi, un poco de steam room y otras mierdas propias de gente con mucha pasta o piratas de los buenos. Nos han tratado bien. Nos han tratado de puta madre.

Namaste es un planeta distinto a todos en los que he estado. No puede ser descrito. Hay que vivirlo. O no. Me genera contradicciones personales, propias de un Géminis. No tengo ni idea de cuando volveré. Todo dependerá de si soy útil en futuras misiones. Después de tres semanas fuera de casa no es algo que ahora mismo me preocupe mucho. Nada, de hecho.



Ahora solo quiero saltar el hiperespacio pronto, dormir mucho durante el viaje y estar muchas horas en brazos de mi churri. Luego ya buscaré nuevas misiones, probablemente en mi planeta. De hecho tengo un par de pequeñas intervenciones pendientes y alguna negociación. La vida del mercenario no es fácil, pero este 2018 promete emociones fuertes.



Nos vemos pronto, losers...

jueves, 18 de enero de 2018

Namaste: Taxi driver

Cuando me dijeron que durante toda nuestra estancia en el planeta íbamos a tener un chófer privado pensé "pero qué mierda es esta"? Somos piratas o princesas Disney? Hasta que te subes a uno de sus vehículos de transporte...


Para empezar, los coches están mal construidos. Les ponen el volante a la derecha! Eso hace que solo subir se te desalineen un poco los chakras. Algunas veces, en lugar de sentarte de copiloto te encuentras sentado delante del volante, con el conductor mirándote con cara de "ya me ha tocado otro idiota"...

Eso es solo el principio. Porque cuando el vehículo se pone en marcha y sales de la zona de seguridad del hotel es cuando tu sistema nervioso implosiona...

No existen los carriles, y si hay alguno pintado debe estar en el bar, ahogando la pena de ser ignorado por todos. Podría decirse que hay un orden dentro de tanto caos. Pero me parece una solemne gilipollez...

Los semáforos son como luces de Navidad. Allí están cambiando de color. Cruzar cualquier calle como peatón es tan arriesgado como fumar en una piscina de gasolina. Los semáforos más deprimidos se juntan en el bar con los carriles ignorados y hablan del inexistente código de circulación. Beben mucho.



No hay pasos cebra. Imagino que se las comieron todas. En un espacio indeterminado y variable, llamado "me suda la polla todo", la gente cruza la calle. Como ya he dicho, cruzar por donde los semáforos solo es bonito por las luces...

Y lo que peor llevo es el irritante, insistente e inaguantable concierto de pitidos. Mis colegas, muy buena gente, lo justifican diciendo que se trata de una tradición. Que no lo hacen con maldad. Que el puto pitido significa "Eh, amable señor, puede usted moverse un poco?". Yo sigo pensando que sus pitidos significan "Quítate de enmedio, idiota"...



Dicho esto, a modo de soponífera introducción, entiendo perfectamente que tengamos chófer. Que se llame Pipín como el hobbit es una broma más del destino. Él es nuestro héroe. Nuestro Salvador. Aunque algunas veces vayamos por la Ronda Litoral de Namaste y el tipo cambie de dirección aprovechando un hueco entre el hormigón que separa las dos direcciones. Siempre le he dado gracias a Dios cuando hemos llegado con vida. Al Dios Elefante.



Ah. Cuatro días y vuelvo. Esto de ser mercenario cansa. No hagáis caso a lo del curso de Photoshop. Soy un graciosillo de mierda. Nos vemos pronto. Os echo de menos. A algunos...

viernes, 12 de enero de 2018

Namaste: Idiomas

Para comunicarme verbalmente en Namaste, utilizo el marciano, uno de los lenguajes más extendidos en la galaxia (no confundir con el murciano). Yo el marciano lo hablo regular, tirando a mal, aunque lo suficiente como para sobrevivir varios días en cualquier rincón del universo sin entrar jamás en el lavabo de chicas por equivocación.


Ayer quería ir un rato al jacuzzi para relajarme. Probablemente, al preguntar, no utilicé las palabras exactas, porque acabé en una sala de masaje. Algo decente, eh? No os hagáis películas. El caso es que apareció una habitante de Namaste con la altura y constitución de Frodo Bolsón. Me dio unas zapatillas blancas, un albornoz blanco y algo parecido a los calzoncillos de Superman. También blancos pero excesivamente livianos para lo que vendría a ser la moda vintage, más acorde con mi edad. Su sonrisa me decía claramente: Ponte esto, pringao...

Una vez disfrazado de maníaco sexual, me invito a subir a una camilla, también blanca. Puse mi cabeza en un agujero mirando el suelo y esperé. Fue entonces cuando empecé a sentir la misma presión en mi espalda que cuando te pasa un camión por encima. Varias veces. Aturdido le pregunté si era la misma persona que hacía un momento me había recepcionado. Por las risas supe que sí...



Después de hacer un nudo con mis piernas, milagrosamente sin romperlas, vi las estrellas cuando llegó a mis gemelos. Los gemelos son unos músculos que tenemos detrás de la tibia y el peroné. Enfermos...

Subió por mis muslos ya sin tanto dolor y se entretuvo en mis glúteos rozando la infidelidad. La suya, digo. Mis lumbares mejor de lo esperado. Pero los trapecios fueron el segundo gran drama. Los apretó de tal manera que probablemente matara a todos los trapecistas. Hija de puta...

Cara B, terminada. Media vuelta y ahora tocaba la Cara A. Mis gemelos sufrieron de nuevo. Estiró mis dedos como si quisiera asegurarse de que formaban parte de mi cuerpo. Le pregunté si trataba de matarme. Más risas. Probablemente sí.

La parte final del masaje fue la más placentera, por llamarlo de alguna manera. Fue raro cuando masajeó mi pecho a dos manos, haciendo que me sintiera sucio. Aunque molaba, claro. Fue agradable en los brazos, genial en la cara y culminó de forma espectacular en la cabeza...

Una vez terminada semejante tortura placentera, me dijo que la siguiera a una habitación, con el uniforme de psicópata del blanco. Malévich hubiera estado orgulloso. Me preguntó si 5 o 10 minutos. Como no la entendí mucho, le dije 5. Por si acaso. Acerté. Fueron los 300 segundos más largos de mi vida, metido en una especie de Londres de eucalipto, solo, licuándome a una velocidad vertiginosa. Apareció en el momento oportuno para salvarme. Me arrastró hasta una ducha donde, tras 20 minutos volví a ser persona. Bueno, volví a ser yo.



Y es por esta razón por la cual es muy importante hablar idiomas, niños...

martes, 9 de enero de 2018

Namaste: Sunday night fever

El domingo hicimos un gran trabajo. Cuando viajas a planetas alienígenas, y tienes medio siglo a tus espaldas, esos esfuerzos se pagan. El cuerpo está tratando de aclimatarse a todo y no está muy por la labor de oxigenar tu cerebro o eliminar tóxinas correctamente...



El caso es que me despierto de madrugada con escalofríos, temblando, totalmente destemplado. Una noticia de mierda para la misión que tengo encomendada. Pero soy un tipo con recursos, que en situaciones límite siempre piensa "joder, qué haría en este caso mi abuela?".

Me levanto, me voy hacia el armario y me visto con un par de camisetas. A ver, sin ánimo de excitar a nadie os contaré que duermo totalmente desnudo. Dejad de imaginároslo! Estáis enferm@s o qué? Yo sí. Estoy con este cuerpazo febril, dos camisetas puestas y un plan. Gracias yaya...

Me meto en la cama y me tapo con el edredón hasta las cejas. Un apunte. Aquí la temperatura media es de 25 grados. El objetivo de este aparente sinsentido: Sudar mucho. Sudar es bueno. De manera metafórica es mi especialidad. A mi me la suda todo...


No os voy a engañar. No ha sido la mejor noche de mi vida. He dormido a ratos y mal. Con mucho calor corporal pero del malo. Como pasa con el colesterol. Me he despertado totalmente empapado y solo espero que la estructura de la cama sea de acero inoxidable. Me he lanzado hacia la ducha. Diez minutos. Igual he jodido el ecosistema de este planeta. Pero ahora soy un hombre nuevo. Bueno, viejo pero límpio y sano...



La agente especial H me ha conseguido unas cápsulas de vitamina C. H es el nombre secreto de la agente. C el nombre secreto de la vitamina. Esta misión acabará por matarme, ya lo veréis...

sábado, 6 de enero de 2018

Namaste: Noche de Reyes

Me he despertado y no puedo dormir. Justo la noche de Reyes terráquea. Es increíble como funciona la mente. La mía, vaya. El niño que llevo dentro está nervioso. No sabe si le van a traer nada, porque no sabe si ha sido bueno. Al menos, si me dejan carbón, que no sea de azúcar, y podremos usarlo en alguna de las viejas naves de por aquí...


Aquí, en el planeta Namaste, siguen sucediendo cosas increíbles cada día. Ayer buscábamos tres cofres. Es lo que hacemos los piratas. No eran exactamente cofres del tesoro pero sí estaban llenos de cosas valiosas. Localizamos uno en la segunda planta de un edificio en construcción. Teníamos que moverlo y su traslado era un recorrido de algunos cientos de metros. Uno de mis colegas en esta aventura y yo lo movimos algunos metros. Pesaba mucho...

Pedimos ayuda al jefe de un grupo de mercenarios de la zona. Como no hablamos el mismo idioma, le hice mímica de la buena mientras le decía en voz alta, y vocalizando mucho, "transpalet". Varias veces. Así es como realmente se aprenden idiomas.

Finalmente pareció que nos habíamos entendido porque asintió con la cabeza y desapareció en busca de algo para mover el pesado cofre, unos 300 metros. Al cabo de cinco minutos apareció con "Trans" y "Palet", dos habitantes de Namaste con la estructura corporal de Woody Allen. Les ordenó algo que bien podría ser "coged eso y llevadlo donde os digan". Los dos tipos se miraron ante semejante misión imposible. Pero no tenían opción. Levantaron nuestro cofre como pudieron. Las réplicas musculares de Allen se tambaleaban mucho...

En Namaste, por alguna tradición ancestral que no acabo de comprender, no dejan que ayudes. Imagino que saben que los humanos somos idiotas. Pero tener dos cadáveres bajo nuestro cofre tampoco es de mucha utilidad. Así que mi colega pirata y yo nos pusimos también a ejercer de transpalet. Fue una bonita colaboración intergaláctica que probablemente no pase a la historia. Pero eso no le quita belleza metafórica.


Os cuento toda esta mierda porque no puedo dormir. Ya lo he dicho, no? Podría explicaros cosas más excitantes que me suceden pero total, mañana es día de Reyes y vais a estar muy ocupados. No importa. Yo también. Sed buen@s...

jueves, 4 de enero de 2018

Namaste: Slow life

Mi primer dia en el planeta Namaste y tengo ya anécdotas para escribir una trilogía. Así que voy a contar cuatro mierdas desordenadas, que es como está mi mente ahora mismo...

El momento relax, estirado en una hamaca, con la piscina a mis pies y halcones revoloteando sobre mi cabeza fue digno de un monarca absolutista.


La comida es excelente. Probablemente muera intoxicado porque no paro de probar sabores y texturas nuevas. O soy muy valiente o muy gilipollas. El tiempo lo dirá.


La ciudad en la que estoy de misión secreta, por eso no puedo dar nombres, tiene una niebla eterna, una especie de cóctel de contaminación y bruma que se parece mucho a estar viviendo cerca de la barbacoa más extraña del universo.


Y los contrastes. Decir que es como el día y la noche no es del todo cierto. Más bien es como vivir en el día más soleado de tu vida rodeado de la noche sin estrellas más triste de todos los tiempos.

Ya paro. Que me pongo poeta y al final me mereceré la ejecución que algunos ya estáis diseñando. Os diría que os echo mucho de menos pero sería una falsedad que no merecéis. Namaste...

miércoles, 3 de enero de 2018

Namaste: Holy shit...

Ayer estuvimos una hora esperando en el puto transbordador espacial porque un hacker había pirateado el sistema informático de vuelo. Una hora. Una jodida hora. Ni siquiera pude enfadarme porque igual hasta somos colegas...

Una vez despegamos, el azafato de vuelo, un tipo bellísimo por cierto, me ofreció una cosa que parecía comestible porque iba acompañada de café. Bueno, algo negro, caliente y mojado. Contado así suena sexy pero era el peor café de la puta galaxia. La "pasta" sabía a ambientador de taxi. Llevaba pasas. Creo que han tratado de envenenarme...

El salto al hiperespacio ha sido más corto de lo imaginado. Estuve viendo películas antiguas. El Quinto Elemento y Piratas del Caribe. Lo que se me hizo eterno es el rato que estuvo la nave yendo por la pista hasta destino, una vez habíamos aterrizado. Llegué a pensar que el imbécil del piloto se había equivocado de ciudad. Muy cansino todo cuando llevas 16 horas despierto.

De postre hice una cola magnífica. Rodeado de seres de varios planetas. Muy exótico. Estuve una eternidad en el departamento de inmigración, también conocido como "Bienvenido a Namaste, alienígena", donde me han sacado fotos, interrogado y tomado las huellas dactilares sin que haya cometido ningún delito. Todavía...


Eso sí. Cuando estás en misión secreta oficial, duermes en los mejores lugares. Te necesitan al 100 por 100. La habitación donde estoy alojado es más grande que toda mi casa. Creo que voy a ducharme...


martes, 2 de enero de 2018

Namaste: A quién madruga...

Y una polla. Aquí estoy. Sin café. Sin desayunar. Rodeado de gente pero más solo que mi referente vital, Han. Colas, colas y más colas. Y con sueño. Mucho sueño... 

Esperando que el transbordador espacial me lleve a Frankfurt, desde donde saltaré al hiperespacio por segunda vez en mi vida. Destino: el planeta Namaste. 

Un planeta de contrastes, me han contado. Vamos, que me lo voy a pasar de puta madre porque soy de contrastar mucho mis fotos. Puta bida, tete. 

Allí debo encontrarme con dos mercenarios con los que compartiré misión secreta. Dos tipos a los que conozco desde hace años. Piratas de los buenos. Como es una misión muy secreta no puedo contaros una mierda. Lo siento. 

Bueno. Tal vez cuelgue alguna foto en mi Instagram. Es una putada ser un pirata egocéntrico. Dejo demasiadas pistas. Pero, sin riesgo no hay diversión, verdad?. Y eso que lo sufro de una manera que jamás llegaréis a comprender. Y tanto sufrimiento hace envejecer mi cutis.
  
Sonrío al tipo que me pide la documentación. Hay un problema con mi apellido. Afortunadamente tengo dos. Hace una llamada al supervisor. Después de unos segundos de tensa espera, me da mi billete. Una jodida aeronave me espera...