viernes, 9 de febrero de 2018

Calcetines

Viernes: Hoy me he levantado valiente. Con ganas de desafiar al universo. Queriendo arriesgar. Hoy he salido a la calle con un solo par de calcetines. Con dos cojones...

Estoy en la estación del tren con los pies helados. Congelados. Probablemente tengan que amputarme varios dedos. No importa. A partir de cierta edad, cortarse las uñas de los pies es un puto drama. O consigues una radial o pareces un águila imperial. Veis? También puedo ser un poeta de mierda...

No sé dónde he leído que para realizarte completamente en esta vida tienes que tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro y viajar en globo. O algo así. Yo para las gilipolleces tengo poca memoria...

Yo tengo dos hijos. Me han salido de puta madre. Maravillosos. El ADN materno ha ayudado mucho, tampoco os quiero engañar. No recuerdo haber plantado nunca un árbol. Estoy en deuda con el planeta Tierra. He escrito más de 100 relatos, que si los juntas con una tipografía grandota sale un libro, fijo. Pero para qué malgastar papel. No he viajado en globo. Nunca. Algo no estoy haciendo bien con mi vida...

En el vagón del tren, mientras escribo esto, he podido volver a mover los dedos de los pies. Ya sé que pensáis que soy un exagerado y que si viviera en Teruel sería David el Muñoñes. Queredme igual. Feliz fin de semana...


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