miércoles, 29 de noviembre de 2017

Encuentro

Miércoles: Hoy, como cada día de mi vida, he salido a pasear con Coco, nuestro caniche color apricot (el color melocotón de toda la vida). Hacía frío... 

Imaginad un pasaje cualquiera de Barcelona, a las 7:15 de la mañana. Un tipo vestido de negro, con barba y melenaza, que no sabes muy bien si viene de un concierto de Alice Cooper o de matar a varias personas. Lleva a su lado una bestia parda anaranjada de 3,5 kilos. Una especie de Chucky del mundo animal. 

Pues esa es la imagen que hoy ha visto el niño de 11/12 años con el que me he cruzado. Yo normalmente no me acerco con Coco a nadie que lleve perro. Ni gato. Ni comadreja. Los asociales lo somos en todas las facetas de la vida. Y casi nunca se acerca ningún humano con su mascota a nosotros, salvo abuelas medio ciegas o gente con poco aprecio a su vida... 

Sin embargo, el perro del chaval de esta mañana, un animalico juguetón, se ha lanzado como una flecha hacia Coco. Coco ha empezado a ladrar, correr y dar vueltas a nuestro alrededor. Su amigo juguetón también, aunque no necesariamente en ese orden. El chaval y yo parecíamos dos AT-AT a punto de ser derribados... 

Después de unos segundos de caos perruno total, en los cuales hemos conseguido despertar al 70 por ciento del Barrio, hemos logrado liberarnos sin caer. Afortunadamente. La rotura de cadera a mi edad es muy chunga. 

Y hemos seguido con nuestras vidas, sin mirar atrás. El chaval ya tiene algo espeluznante que contar hoy a sus amigos. Yo también. Bueno, a mis amigos y a vosotros. Qué mejor manera que empezar el jodido día con un win-win?


God's hamburguer

No hay comentarios:

Publicar un comentario