martes, 21 de noviembre de 2017

Polvorones

Martes: Creo que mi sistema digestivo trata de decirme algo. Ayer cené pan de centeno con queso. Es algo que hacemos habitualmente los nacidos en la Edad Media. Hasta ahí todo bien...

Núria me ofreció un poco de jengibre fermentado. Estaba delicioso. Pero muy fuerte. Una auténtica explosión de sabor. Se me saltaron algunas lágrimas.

Fue entonces cuando Núria me habló del no sabor ni textura de los polvorones sin glutén. Pensé que exageraba y probé uno de limón. He comido plastelina más sabrosa. Para quitarme el mal sabor de boca, probé uno con glutén y chocolate de cobertura. Me lo zampé de dos bocados...

La gente cree que los dinosaurios se extinguieron por un meteorito. Falso. Lo hicieron por no masticar bien la comida. Comían como locos. Mi inteligencia está al mismo nivel...

Después de meterme esas dos bombas en mi estómago, vuelven a aparecer unos restos de jengibre fermentado en mi vida. Podría haberlos dejado pasar. Pero no. Porque mi idiotez no conoce fronteras. Vuela en libertad. Y me los comí. Después de los polvorones. No tratéis de hacerlo en vuestra casa ni con la supervisión de un adulto...

Así que hoy puede ser un día de mierda. Lo siento. No todo van a ser risas. Superadlo...

Castle Rock

No hay comentarios:

Publicar un comentario