miércoles, 3 de enero de 2018

Namaste: Holy shit...

Ayer estuvimos una hora esperando en el puto transbordador espacial porque un hacker había pirateado el sistema informático de vuelo. Una hora. Una jodida hora. Ni siquiera pude enfadarme porque igual hasta somos colegas...

Una vez despegamos, el azafato de vuelo, un tipo bellísimo por cierto, me ofreció una cosa que parecía comestible porque iba acompañada de café. Bueno, algo negro, caliente y mojado. Contado así suena sexy pero era el peor café de la puta galaxia. La "pasta" sabía a ambientador de taxi. Llevaba pasas. Creo que han tratado de envenenarme...

El salto al hiperespacio ha sido más corto de lo imaginado. Estuve viendo películas antiguas. El Quinto Elemento y Piratas del Caribe. Lo que se me hizo eterno es el rato que estuvo la nave yendo por la pista hasta destino, una vez habíamos aterrizado. Llegué a pensar que el imbécil del piloto se había equivocado de ciudad. Muy cansino todo cuando llevas 16 horas despierto.

De postre hice una cola magnífica. Rodeado de seres de varios planetas. Muy exótico. Estuve una eternidad en el departamento de inmigración, también conocido como "Bienvenido a Namaste, alienígena", donde me han sacado fotos, interrogado y tomado las huellas dactilares sin que haya cometido ningún delito. Todavía...


Eso sí. Cuando estás en misión secreta oficial, duermes en los mejores lugares. Te necesitan al 100 por 100. La habitación donde estoy alojado es más grande que toda mi casa. Creo que voy a ducharme...


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