jueves, 4 de enero de 2018

Namaste: Slow life

Mi primer dia en el planeta Namaste y tengo ya anécdotas para escribir una trilogía. Así que voy a contar cuatro mierdas desordenadas, que es como está mi mente ahora mismo...

El momento relax, estirado en una hamaca, con la piscina a mis pies y halcones revoloteando sobre mi cabeza fue digno de un monarca absolutista.


La comida es excelente. Probablemente muera intoxicado porque no paro de probar sabores y texturas nuevas. O soy muy valiente o muy gilipollas. El tiempo lo dirá.


La ciudad en la que estoy de misión secreta, por eso no puedo dar nombres, tiene una niebla eterna, una especie de cóctel de contaminación y bruma que se parece mucho a estar viviendo cerca de la barbacoa más extraña del universo.


Y los contrastes. Decir que es como el día y la noche no es del todo cierto. Más bien es como vivir en el día más soleado de tu vida rodeado de la noche sin estrellas más triste de todos los tiempos.

Ya paro. Que me pongo poeta y al final me mereceré la ejecución que algunos ya estáis diseñando. Os diría que os echo mucho de menos pero sería una falsedad que no merecéis. Namaste...

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